Mirarte al espejo y reconocer a quien tenes enfrente, porque ese que ves ahí te acompaño y acompaña desde antes de que te dieras cuenta.
Algún que otro tropezón, un par de cicatrices, una mochila pesada con equivocaciones adquiridas en el camino, pero que ahora es momento de soltar, de caminar liviano.
Y qué las cosas te afecten? Si, pero que vos elijas hasta que punto, que no tenga más poder que tu propia voluntad.
Volvé a ser, renace, recupera tu luz.