Se intentó, con idas y vueltas, pero siempre por una u otra cosa se retrocedía, y yo insistía, aunque vos también me correspondias - poniendo resistencia al principio- pero lo hacías; no entendí ni entiendo qué pasó en ese tiempo, o como atravesabas cambios sentimentales drásticos con tanta frecuencia o rapidez.
Seguramente la decisión ya había sido tomada 4 meses atrás cuando esa noche me dijiste que ya no sentías lo mismo, y es posible que ninguno de los dos haya estado en su mejor condición en ese momento - unos vasos de birra y jager en el medio- y quizás también haya habido un poco de resistencia por parte de ambos para enfrentar la realidad sobretodo porque cuando nos veíamos todo era igual como si el tiempo no hubiera pasado, como si todo doliera un poquito menos.
Pero, vos me lo dijiste y yo lo escuché, y seguro en nuestro interior hayamos querido que siga funcionando, que no se rompa lo que teníamos, pero considero que ya algo estaba roto. Es posible que mi terquedad al día de hoy se resista a ver la realidad pero la decisión ya había sido tomada aquella noche.
Y por supuesto que te sigo amando pero sola no puedo, ni funciona.