Los domingos se tiende a extrañar y pensar más, hoy no fue la excepción, pero creo que ya desde otro lado, habiendo hecho otras cosas, saliendo un poco más a la realidad e intentando volver a la normalidad, sanando en cada paso, entendiendo que ya pasó, no esperando lo que no sucederá, ni insistiendo dónde no te dan el lugar.
Dejé de lado todas las esperanzas e ilusiones que tenía con vos, simplemente porque entendí que no queremos lo mismo, ni nos queremos igual.
Te pienso y te extraño, eso no lo puedo negar, más en días como hoy en los que me hubiera gustado estar abajo de solcito con vos, pero todos esos escenarios perfectos son con una versión tuya que se perdió, la versión de la que me enamoré y que ya no existe, aunque reconozco que la esperé sé que no va a volver.
Nadie más que yo quisiera volver a lo que eran nuestro fines de semana, yendo para todos lados mano a mano, haciendo hasta lo más simple como tomar unos mates y fumar un porro en alguna plaza cercana, no tener ganas de cocinar e ir a cenar a algún barcito, volver re locos y borrachos de madrugada, o pasar todo el día en la cama haciendo fiaca, pero parte de soltar consiste en entender que por mucho que lo quiera estas cosas no van a pasar.
Entendí y acepto mi lugar, quizás tardé un poco más, pero hoy por hoy sabiendo que no volverás ya no tengo nada que esperar, ni por lo que luchar.