Es fácil confundir el amor con el cariño,

el enamoramiento con la obsesión,

tu ser con lo que no sos.

Me preguntó cómo me sentí, le dije que eso era lo que esperaba pero que no se sintió como lo imaginaba.

Fue sólo un momento de felicidad que luego desbordó de angustia. 

Entendí que nunca dejé de idealizar hasta que la realidad me golpeó en la cara.

Que la gente no cambia, sólo muestra lo que le conviene en un momento oportuno.

Mentiría si dijera que aún así no seguí esperando, proyectando y soñando momentos, situaciones, encuentros, charlas y besos porque según dicen la esperanza es lo último que se pierde.

Una cosa es segura, todo lo creía o me parecía ya no es tal, me gusta entenderlo como que era lo que necesitaba para finalizar, que ya ni siquiera me parece linda la cara que solía adorar.

Pero, en cuestión de corazón ahora todo pasa a un segundo lugar, de a poco las cosas se empiezan a acomodar, en todo sentido, y son mi prioridad.