Cierto es que al fin de cuentas lo que creía era real, como también lo es que sigo sin entender la otra mitad.
La cabeza se mareó de tanto dar vueltas porque sabe que hay cosas que no se pueden cambiar.
Una parte de mi vivió en otra realidad y este encuentro me ayudó a despertar,
Tu cara no se veía como la recordaba,
No me herizaste la piel, mucho menos me hiciste temblar,
Era mucho pasado con sabor amargo.
La vida no es borrón y cuenta nueva, pero qué vas a saber vos de vivir.
Copy paste una y otra vez, un modelo nuevo hasta el aburrimiento y que pase el siguiente.
Es fácil confundir el amor con el cariño,
el enamoramiento con la obsesión,
tu ser con lo que no sos.
Me preguntó cómo me sentí, le dije que eso era lo que esperaba pero que no se sintió como lo imaginaba.
Fue sólo un momento de felicidad que luego desbordó de angustia.
Entendí que nunca dejé de idealizar hasta que la realidad me golpeó en la cara.
Que la gente no cambia, sólo muestra lo que le conviene en un momento oportuno.
Mentiría si dijera que aún así no seguí esperando, proyectando y soñando momentos, situaciones, encuentros, charlas y besos porque según dicen la esperanza es lo último que se pierde.
Una cosa es segura, todo lo creía o me parecía ya no es tal, me gusta entenderlo como que era lo que necesitaba para finalizar, que ya ni siquiera me parece linda la cara que solía adorar.
Pero, en cuestión de corazón ahora todo pasa a un segundo lugar, de a poco las cosas se empiezan a acomodar, en todo sentido, y son mi prioridad.
Las vínculos amorosos son complicados, de eso no hay duda, conllevan un montón de cosas y concluyen con tantas otras, incluso hasta de las peores relaciones siempre algo extrañamos, y si es eso, es un todo, un conjunto de sentimientos, situaciones y costumbres que te hacen extrañar.
La protección que te brinda el otro, el sentirte seguro cuando estás entre sus brazos.
Observarlo dormir y saber que no necesitas nada más.
Tener a quien contarle cuando te pasa algo sea bueno o malo, la contención y el apoyo.
Hacer que algo tan común como cocinar unos fideos sea un momento mágico y romántico lleno de caricias y besos mientras esperan que hierva el agua.
Que sea tu compañero, para caminar bajo el sol, para ir a bailar, para drogarse o para simplemente pasar todo el día en la cama.
Que conozca todos tus estados y aún así se quede.
La conexión, que trasciende todo, cualquier estereotipo, cualquier orientación, al fin y al cabo sólo importa la persona y la conexión que tengan sus almas y cabezas.
Nuestra compatibilidad, y todo eso.
Real
Real el choque de nuestras bocas en el primer beso
Real el escalofríos al tocarnos la piel
Real la firmeza de nuestra postura desde la primer pelea
Real cuando volviste a buscarme
Real nunca haberme olvidado de vos
Real vernos
Real el encastre perfecto de nuestros cuerpos
Real el aroma que emanábamos
Real terminar al mismo tiempo
Real cada baile
Real la combinación y coordinación de nuestras mentes
Real el calor en el pecho cuando algo dolía
Real las mariposas en el estómago antes de verte
Real cada te amo
Real que siempre lo voy a hacer
Real que te pienso
Real que te espero
Real, nada más real que este sentimiento.
¿Cómo se hace para vivir sin eso? Me pregunta Fabri, cómo se hace para saber que nunca nadie te va a gustar tanto, cómo se hace para saber que la conexión que tenes con ese alguien no se va a volver a repetir con nadie más, pero no funcionan juntos, y se tiene que vivir sin eso, ¿cómo se hace?
Ciertamente no supe qué responderle, por qué no sé cómo sé hace, porque me puse a pensar en mis otros enamoramientos y a todos los amé, pero nunca de esa manera irracional, y es increíble lo real de este sentimiento porque aunque pase el tiempo no se logra apagar ni desvanecer.
Algunos no nacen para morir juntos, y somos así, aunque siempre lo voy a amar.
Curiosamente los domingos o esos días en los que la rutina no ocupa su cabeza, aparece por acá.
No sé qué busca, porque yo tampoco lo busco.
No se qué espera, porque tampoco sé qué espero yo.
Pero, hablemos de lo increíble de aquella conexión, que hasta es más poderosa que el tiempo y la distancia.
Que pasó mucha agua bajo el puente, y sin embargo sigue tratando encontrarme
Estoy donde siempre, pero esta vez no voy a dar ese paso yo.
Dormía triste cada noche,
La cama no estaba vacía pero así se sentía,
Estaba al lado pero parecía a kilómetros,
Se preguntaba si quería eso,
Si le hacía bien,
Si lo bueno opacaba lo malo, o si era al revés.
Buscó mucho tiempo respuestas a preguntas que nunca le hizo, ni le hará.
El desamor no aparece de un día para el otro,
Había señales claras, en pequeñas cosas, en lo diario, lo cotidiano
Vio lo que quiso ver,
El corazón le puso una venda en los ojos.
Ahora habla con fantasmas que tampoco la saben escuchar,
Aunque siente que está en paz.
Desearía un encuentro más, una cerveza en un bar, para darle a su amor un verdadero final.
A veces hay mucho silencio,
Y se me da por pensarte,
Es una forma de decir,
Porque te pienso siempre.
A veces tenemos conversaciones en mi cabeza,
Corro a contarte lo que me pasó,
Te hago escuchar una canción.
A veces volvemos a ser vos y yo,
A veces un beso se vuelve fuegos artificiales.
A veces es como antes,
En mi interior,
En esa parte de mi alma que nadie tiene acceso.
A veces dejas de ser sombra y sos luz,
La luz que veía en vos,
La luz que me inventé que tenías.
En cuestión de sensaciones hay cosas que no vuelven a suceder, olores en pieles que no se vuelven a sentir, historias que dejan de tener sentido, canciones que no suenan igual. Fue ese momento, nuestro momento, porque simplemente debía ser, porque vibrabámos en una misma sintonia. Al fin y al cabo nosotros mismos somos momentos. Un libro abierto los sentimientos, y conocer hasta que significaba cuando cambiaba mi respiración. Melancolía por esos días, que más allá de toda la oscuridad, sé que la chispa que teníamos no vamos a volver a congeniar con ningún otro ser. Arriba corazón, el proceso todavía cuesta hoy.
Había olvidado la sensación de tener cada día que ir superando a alguien a quien quisiste mucho, porque si bien hoy por hoy no me siento mal, mi ansiedad disminuyó, mi estado de ánimo subió, y mi autoestima está por las nubes, sigo pensando en mi vida hace un año atrás, y en lo innecesario que es tratar de planificar nuestros días, tratar de tener el control cuando la realidad es que en un segundo todo lo que sos se puede modificar.
Viva lejos de todos, en una casa grande, con dos gatitos, y un novio que hasta me había sugerido ser mi marido, vacaciones organizadas, y una rutina compartida entre dos, incluso puedo confesar que alguna que otra vez fantaseé con tener hijos.
Para echarle la culpa a alguien, digamos que el covid modificó absolutamente todo el párrafo anterior, así, una noche pase de estar tomando jager y viendo videos en YouTube a 18 km de la casa de mis viejos, terminé llorando abrazada a mi papá y hermano.
La realidad es que todo estaba bastante arruinado desde antes, pero por algún motivo algo nos ataba a ambos, que puede ser que haya sido amor, como también puede ser que no.
Me costó bocha, porque también hubo idas y venidas, y palabras o actitudes desconcertantes, horas de terapia, llantos, infinidades de preguntas sin respuestas y de posibles escenarios, básicamente me costó.
Y ahora tantos meses después, con las cosas quizás más claras, sin volver a saber de él, sin buscarlo, sin forzarlo a que sea lo que fue, o más bien en lo que yo había proyectado que era, sin planificar mi vida, con unas vacaciones sola en el medio, con menos miedo y expectativas, creyendo más en el amor, porque estoy rodeada de él, esperando que alguna vez encuentre eso que quiero, que merezco, la intensidad y los detalles que me gusta dar, pero también recibir.
No escribo, no porque no tenga nada que decir, sino porque ahora no siento que necesite descargar para estar mejor, quizás lo pienso, a veces bien, otras mal, de vez en cuando con enojo porque considero que no merecí tanto maltrato o directamente destrato, pero ya no pierdo el tiempo en sufrir por eso, ni en estar resentida con quien me hizo sentir más amor que nunca en la vida, que al fin y al cabo eso es lo que verdaderamente importa, el amor.
